Cloración salina de psicinas

La cloración salina de piscinas es un sistema de desinfección del agua sin uso de productos químicos añadidos como el cloro. Es el sistema con mayor respeto por el medio ambiente y el más indicado para nuestra salud

 

La cloración salina de piscinas se vale de los cloruros que contiene el agua de la piscina para descomponerlos mediante sal y electrólisis. A través de este proceso dichos cloruros se transforman en hipoclorito sódico de forma natural convirtiéndose en el agente descontaminante del agua de la piscina.
Este “cloro gaseoso” neutraliza la materia orgánica y microorganismos que contaminan el agua de la piscina. Tras haber actuado como agente descontaminante, el cloro gaseoso vuelve convertirse en sal sin dejar residuos ni subproductos en el agua de la piscina.

 

Instalación de la cloración salina de piscinas

El clorador es relativamente sencillo de instalar y mantener. Para hacerlo necesitaremos que el agua de la piscina esté limpia, libre de algas y a más de 15 grados.
Hay que tener un clorador acorde con la cantidad de agua de la piscina y la tubería de retorno del sistema de depuración del agua debe tener el tamaño suficiente para poder instalar:

  • Equipo de cloración salina de piscinas
  • Regulador de ph del agua
  • Célula de electrólisis
  • Sonda de ph
  • Inyección de ácido
  • Sonda de temperatura
  • Panel de control

Una vez instalador el quipo de cloración salina, sólo hay que verter sal en el agua de la piscina en una proporción aproximada de 5 kg por m3 de agua y esperar que se disuelva. Una vez disuelta la sal, y habiendo comprobado que la temperatura del agua es superior a 15 grados, solo hay que ponerlo en marcha a pleno rendimiento para que obre su magia. Pasadas unas 12 horas podremos ajustarlo para que autorregule automáticamente la producción de cloro en función del caudal da la piscina.

 

Ventajas de la cloración salina de piscinas

La cloración salina se puede aplicar en todo tipo de piscinas independientemente de su capacidad, morfología y material con la que esté construida. Más allá de la inversión inicial y del mantenimiento, en la cloración salina de piscinas sólo encontramos ventajas:

  1. Salud: no se produce irritación de mucosas ni de los ojos. Tampoco sufre el manto graso de la piel con lo que no hay hinchazones ni pérdida de melamina. El cabello de los bañistas no pierde lípidos con lo que no se vuelve seco y quebradizo. Esto, que de sí es beneficioso para todos, es de gran interés en el caso de bebés, ancianos y usuarios con problemas respiratorios ya que no tampoco hay inhalación de cloro.
  2. Económicas: se reduce el consumo de agua con lo que no hay que “rellenar” la piscina. Tampoco hay que cambiar el agua ya que no se resiente por una larga exposición al cloro. Por otro lado, hay un gran ahorro por la no compra de productos químicos como el cloro químico, que en el último año ha incrementado su precio en más de un 60%
  3. Mantenimiento: es mucho más sencillo que un mantenimiento por pastillas de cloro. Es casi autorregulable y no precisa de tanta monitorización. El mantenimiento de la piscina deberá seguir haciéndose pero más centrados en la limpieza de fondos y paredes que en la regulación del pH, recomendado entre entre 7.2 y 7.6, del agua de la piscina.
  4. Ambientales: la cloración salina de piscinas no lleva subproductos, como las pastillas de cloro. Es un proceso natural que no emplea sustancias perjudiciales ni contaminantes para nosotros ni para el medio ambiente. No hay residuos perjudiciales ni emisiones de CO2 a la atmósfera.
  5. Seguridad: nuestra piscina no necesitará transporte ni almacenamiento de productos químicos como el cloro. Éste no es combustible ni inflamable pero facilita la combustión de otras sustancias que podamos tener almacenadas. Tampoco se producen ambientes corrosivos en las salas de depuradoras y no hay riesgo de formación de gases tóxicos por manipulación inadecuada de productos clorados.
  6. Estéticas: las piscinas con cloración salina tienen un agua más transparente y cristalina que las que se regulan añadiendo cloro. También, en caso de descompensación y aparición de agua blanca o verde, se recupera mucho más rápido su transparencia. Otro factor es la ausencia de olor a cloro.

Visto o visto y resumiendo; la cloración salina de piscinas es, hoy por hoy, el mejor método para la regulación del pH de la piscina y para la eliminación de microorganismos contaminantes del agua.

 

Como siempre, quedamos a vuestra disposición para cualquier duda que podáis tener
En aquos llevamos más de 30 años manteniendo piscinas de empresas, comunidades y particulares

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